jueves, 28 de enero de 2010

A nuestros maestros

Aún me acuerdo de don Vicente y de don Pedro. Eran mis maestros en el colegio San Miguel y jamás podré agradecerles todo lo que hicieron por nosotros, un grupo de niños que vivían en una ciudad dormitorio de los 70. Había pocos medios, pero mucha ilusión y más trabajo. Ahora, cuando este viernes se celebra el día del estudiante (Santo Tomás de Aquino), quiero rendirles un homenaje desde la distancia a ellos, a todos los profesores que nos enseñaron y ayudaron y a los que enseñan y ayudan a nuestros niños y jóvenes.

Maestros que, en demasiadas ocasiones, no reciben el reconocimiento que merecen; profesores que sufren el desdén del alumnado y, en algunas ocasiones, incluso el de algunos padres; docentes que suplen con esfuerzo la falta de medios. Todos merecen nuestro apoyo ante los retos, cada vez más exigentes, que nos plantea esta sociedad de la información.

Nosotros, desde el Ayuntamiento, trabajamos por facilitar el acceso a la educación al alumnado, independientemente de la capacidad económica de su familia y apoyar a los profesores. En este sentido, quiero destacar una iniciativa que vamos a poner en marcha ante la precariedad de alguna instalación educativa que hay en el municipio.

Tras años de invertir en arreglos y modernizaciones de colegios e infraestructuras de enseñanza, estamos estudiando si algunos de esos centros han quedado tan obsoletos que la mejor solución es construirlos de nuevo. Estamos analizando los problemas que sufren algunos de nuestros complejos educativos y obraremos con diligencia para ofrecer algo que es un derecho de todos: tener instalaciones que garanticen una enseñanza de calidad.

A ese grado de excelencia sólo se puede llegar con el esfuerzo de las instituciones públicas, que deben aportar los recursos necesarios, y en eso está absolutamente comprometido este Ayuntamiento y yo personalmente. Pero también se necesita la implicación de los padres, de los alumnos y de nuestros profesores. Sirva como ejemplo el caso de los nueve docentes que este año se jubilan tras instruir a muchas generaciones de parleños. El homenaje que el Consistorio les va a brindar quiero que sea un homenaje para todos sus compañeros de aula, porque ellos garantizan nuestro futuro.

viernes, 22 de enero de 2010

La hipocresía como virtud

Hay políticos que siguen la máxima de “disparar a todo lo que se mueve”. Eso es lo que les ha pasado a algunos cargos del Partido Popular con un asunto que algunos medios han desvelado, a mi entender, de forma imprudente.

Se ha publicado que el anterior alcalde de Parla y actual líder del Partido Socialista de Madrid, Tomás Gómez, aparca su coche en la jefatura de la Policía Local de nuestro municipio. No voy a negarlo por varios motivos: lo autoricé por motivos de seguridad, lo autorizó la Delegación de Gobierno por idénticos motivos, se estimó que era la solución más adecuada y, hasta ahora, parece que teníamos razón, pues desde que Tomás es el líder de los socialistas de Madrid su seguridad no ha sufrido merma alguna.

El problema ya no es que unos periódicos decidan publicar este tipo de datos que pueden comprometer la seguridad de un político. Lo realmente grave es que otros políticos, por el mero hecho de pertenecer a otros colores, se lancen al cuello del adversario en busca de sangre fresca.

Y lo más hipócrita es que son esos mismos políticos que hace unas semanas clamaban por la revelación de datos de la seguridad de empleados públicos y policías, esos mismos que se rasgaban las vestiduras por comprometer la seguridad de un Consejero (o varios) al desvelar dónde viajaban o no, esos mismos que ponían los ojos en blanco por que se habló de cuántos policías protegían a un ex presidente del gobierno. Ésos, todos ellos, aparcan sus escrúpulos y piden explicaciones y, de paso, la dimisión de Tomás, la mía y, seguro que dentro de poco, la de Zapatero y Felipe González. ¡Qué barata sale la hipocresía!

Mención especial merece el nuevo presidente del PP de Parla. Alega que Tomás Gómez no debe utilizar estas instalaciones porque “ya no pinta nada en Parla” sin considerar que es la seguridad e integridad de una persona la que puede estar en peligro. Cuando de la hipocresía se hace un ejercicio de virtud sobran los comentarios.

viernes, 15 de enero de 2010

Ocho meses, siete alcaldes y un olvido pertinaz

Un poco de espíritu combativo para este 2010. Tras la reunión que mantuvimos siete alcaldes de la zona Sur de Madrid para reclamar a la Comunidad de Madrid una serie de medidas (Plan Estratégico del Sur) que reanimen la deprimida economía de los vecinos de estos municipios. La crisis, al margen de colores de partidos, nos afecta a todos y todos debemos reclamar acciones de los poderes públicos que reequilibren la situación, especialmente la de aquellos que se han visto más azotados por la recesión. Somos siete alcaldes y llevamos ya ocho meses pidiéndole a Esperanza Aguirre que hable con nosotros, que no somos enemigos de nadie, y menos aún de la presidenta regional. Ella no lo debe ver así. Su olvido es pertinaz. No nos recibe, no nos escucha, no nos responde. En resumen, no nada.

Personalmente no alcanzo a comprender esta actitud; desde un punto de vista político me parece un enroque que busca ganar tiempo cuando en realidad lo está perdiendo; institucionalmente, es inadmisible. La presidenta de la Comunidad no puede ningunear a los representantes de más de un millón y medio de esos ciudadanos que pagan impuestos, votan y exigen y otorgan responsabilidades.


En Parla, necesitamos reestructurar los transportes públicos y sus infraestructuras, con un acceso a la R-4, diversas actuaciones en la M-408, M-410 y M-419; exigimos la construcción de las dotaciones sanitarias básicas que requiere un incremento poblacional como el que hemos experimentado; pedimos mejoras en instalaciones educativas… Y todo ello con un objetivo final: que esas actuaciones logren adelgazar las listas del paro en la Comunidad, unas listas con más de medio millón de madrileños que esperan que los poderes públicos hagamos algo.


Desde el Ayuntamiento de Parla (desde los consistorios socialistas del Sur) lo intentamos, pero dos no hablan si uno no quiere. Somos siete alcaldes que pedimos lo mismo; son ocho meses en los que hemos clamado en el desierto; es un olvido pertinaz el de Esperanza Aguirre, un olvido que seguiremos recordando y denunciando por el bien de nuestros vecinos.

viernes, 8 de enero de 2010

Educación, garantía de futuro

En otros de mis comentarios ya habéis podido leer que para mí la educación, la cultura, el saber en general, es algo esencial. Algo tan fundamental que, considero, deben promoverlo los poderes públicos desde todos los ámbitos y hasta donde sea preciso. Desde un punto de vista económico, el que menos me interesa, invertir en educación es asegurar la rentabilidad del dinero empleado. Desde el aspecto humano, el que más me preocupa, la educación supone garantizar el futuro de los ciudadanos, supone asegurar la igualdad de oportunidades, supone la eliminación de los desequilibrios sociales y económicos.

Por eso, es importante, apostar por destinar a la educación y la cultura todos los recursos que podemos. Partamos de que es a la Comunidad de Madrid a la que le corresponde la dotación de personal, recursos y centros. Una competencia que, en demasiadas ocasiones, se demora o se olvida. Ya he criticado desde esta ventana la política educativa del gobierno de Esperanza Aguirre. En la misma sintonía, como no podía ser de otra forma, se ha hecho desde el grupo socialista en la Asamblea de Madrid. Una crítica en la que no voy a cejar.

Los niños de Parla padecen, fundamentalmente, la falta de infraestructuras para la educación de los más pequeños, y eso supone hipotecar el futuro de nuestros vecinos, hecho que no voy a consentir.

Soy partidario de la educación financiada con fondos públicos, pero no podemos cerrar los ojos a aquellos que buscan otras opciones. Por eso, en el primer trimestre de 2010 se adjudicará la construcción de un colegio concertado en Parla Este, una de las zonas en las que más dotaciones educativas necesitamos. Nuevos proyectos que nos aseguren que los jóvenes que han decidido emprender su proyecto vital en este barrio van a ver garantizada la educación de sus hijos. Además, esta vía nos permite satisfacer las demandas de una parte de nuestros vecinos y, por otra, preservar el derecho de los padres a elegir la educación que quieren para sus hijos.

Pero no por ello voy a dejar de defender aquello en lo que creo, la educación pública. Las administraciones debemos implicarnos y hacer que nuestros niños tengan una educación de calidad. Y para ello, quien tiene competencias, en este caso, la Comunidad de Madrid, debe involucrarse en la construcción de más y mejores escuelas infantiles y colegios, de más aulas para no tener que prescindir de espacios de usos múltiples y bibliotecas, de más pabellones donde los estudiantes puedan realizar educación física con las mejores condiciones…

Esto no es un asunto para la disputa política es, simplemente, una necesidad básica y perentoria si no queremos retroceder en el ejercicio de nuestros derechos y, lo que es peor, retroceder en nuestra calidad de vida. Como dijo el político colombiano Diego Luis de Córdoba: “por la ignorancia se desciende a la servidumbre, por la educación se asciende a la libertad”.