jueves, 30 de diciembre de 2010

Siempre nos quedará París

Casablanca, Humphrey Bogart, Ingrid Bergman y un adiós silencioso en medio del estruendo de la II Guerra Mundial. Ese es el contexto de la inmortal ‘siempre nos quedará París’. Rick Blaine sacrifica su relación con la rutilante Ilsa Lund. Bogart interpreta primorosamente el personaje de un cínico que decide ayudar por amor al marido “resistente” de su amada, a la que va a perder para siempre.

La película nos deja el recuerdo de la lucha por recuperar los valores del entonces ocupado París. Valores de libertad, de creatividad, de referente cultural. Y ese ‘siempre nos quedará París’ es el reflejo del sacrificio del amor perdido que jamás volverá en aras de logros más universales. Para muchos, esa frase viene a reemplazar al manido ‘cualquier tiempo pasado fue mejor’. ¿Y a qué viene esta exposición con aromas cinéfilos?

Pues viene a que fue la primera sensación que percibí cuando me enteré del cierre de CNN+. Luego, lo comenté, el día de Nochebuena, en mi perfil de Facebook tras ver la emotiva despedida de Iñaki Gabilondo. Aquello disparó los comentarios y, cómo no, la polémica. Por ello quiero acabar el año con esta reflexión más motivada sobre este asunto apelando, eso sí, al espíritu navideño y a la concordia.

Desde luego, mi intención no es valorar ni entrometerme en las decisiones de un grupo empresarial privado. Y declaro, para los más escépticos, que no soy devoto de Gabilondo ni de Prisa ni de Telecinco. Sentadas las premisas, lo que pretendo es analizar si el libre y sano ejercicio de informarse se pone en riesgo con el cierre de medios como CNN+. Creo, al menos para mí es prioritario y una de las bases de la democracia, que tener acceso a una información plural, rigurosa, alejada de dogmas y proselitismos es algo por lo que todos debemos pelear. Si aceptamos una información tendenciosa, lastrada ideológicamente, alejada de la honestidad, entonces nos crearemos opiniones y actuaremos en consecuencia sobre la base de hechos tergiversados. En otras palabras, estaremos actuando sobre un mundo virtual alejado del real. Estaremos condenados a equivocarnos.

Ahora bien, claro que voto a Zapatero. Soy militante del PSOE, eso es tan cierto como que la tierra gira alrededor del sol y no escondo mis ideas. Al contrario, las hago públicas; enseño mis argumentos; escucho a los demás, y por eso quiero información veraz; defiendo mis ideas. Eso es un sano y edificante ejercicio intelectual inherente no al político, sino al ciudadano y nadie pude sentirse culpable por ello.

Por eso analizaba en Facebook el gris oscuro, casi negro, futuro de mi mando a distancia que ahora será más rehén de los tertulianos de guardar y de guardia (24 horas al día, siete días a la semana, 365 días al año). Esos mismos que pontifican con argumentos interesados e intercambiables según el dictado de su señor. Mi mando será cliente asiduo de esas teletiendas que nos instruyen escolásticamente en el noble arte del consumo compulsivo. Y yo me alejo del mando a distancia porque es lo mejor que le puede pasar a quien quiere pensar en un espacio de libertad y no en ámbito de este “liberalismo” empaquetado en papel celofán.

Aparco para otro día la reflexión sobre ese “liberalismo” o “neoliberalismo” con criterios que me recuerdan cada vez más a aquellos que ocuparon el París en el que Rick e Ilsa se amaron fugazmente, aquellos que intentaron silenciar los sentimientos de ese cínico sentimental y su amante, y al marido de ésta, y al pianista al que le pedían siempre: Tócala otra vez Sam.

Demasiado extenso me ha quedado este último texto del año. Así que abrevio porque, como decía Rick al impagable capitán Louis Renault, “creo que este es el principio de una gran amistad’

¡¡¡Feliz 2011!!!

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Una Navidad más solidaria

Navidad es un tiempo de tregua, de olvido de la rutina, del abrazo fraternal con la familia e incluso con los que nos agraviaron... Todo eso es cierto, pero os quiero pedir este año que ésta, sea una Navidad sobre todo solidaria. Unas fiestas en las que nos acordemos de los que lo están pasando peor, de los que sienten todo el peso de la crisis, de los que necesitan una voz de aliento. De todos ellos, especialmente, me acuerdo en estos momentos que deben ser de felicidad y celebración.

No hablo de celebración consumista, hablo de disfrutar de un periodo en el que percibimos que los sentimientos deben de estar por delante del interés personal como decía el escritor norteamericano Harlan Miller ("Ojalá pudiésemos meter el espíritu de Navidad en jarros y abrir un jarro cada mes del año).

Para mí es muy difícil dejar de pensar en Luis y Marta, una pareja a la que conozco desde hace meses cuando vinieron a verme para contarme los apuros que están pasando. Después de un duro año han vuelto para felicitarme las Pascuas y agradecerme la ayuda que habían recibido. En ese momento sentí desasosiego.

¿Cuántas familias están pasando por esa situación pero no tienen la fuerza o la entereza de encararla con el ánimo de Luis, Marta, Raúl y Manuela? Este Ayuntamiento está desarrollando políticas que faciliten el acceso al mercado laboral, estamos logrando que la cohesión social no se vea afectada en su esencia y apoyamos a los que se encuentran en situaciones más delicadas. Pero, aun así, os pido que miremos a nuestro alrededor y nos mostremos solidarios con aquellos que estando tan próximos y pasándolo mal como lo pasan no reciben nuestro apoyo.

Nosotros estamos redoblando los esfuerzos para lograr que todos los parleños tengan una Navidad feliz, parecida a la de años anteriores, y que encaren 2011 con optimismo, con energías renovadas para que esta ciudad crezca, se modernice y sea más habitable y cohesionada. Ese es mi deseo para el próximo año, para eso trabajamos, para hacernos mejores.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Discapacidad sin barreras

Este no es el primer blog que escribo sobre este asunto y las barreras que nuestros vecinos discapacitados encuentran a diario. Nosotros, como Ayuntamiento, estamos comprometidos con todos ellos y con sus familias. Por ello, acabamos de celebrar el Día de la Discapacidad, en el que niño de Primaría y Secundaria han conocido de primera mano cómo es la vida de otros niños iguales a ellos, pero diferentes.

Nuestro objetivo es ése. Que todos los niños comprendan que esa diferencias no pueden suponer un obstáculo para interactuar, para jugar, para aprender, para divertirse… En Parla, como ya escribí en otra ocasión, contamos con un centro ocupacional dirigido específicamente a discapacitados intelectuales a los que se les da una formación específica para lograr su inserción laboral y para que puedan alcanzar un desarrollo integral. Es uno de los logros de los que más orgulloso me siento.

Jornadas de sensibilización como la celebrada este jueves ayudan a liquidar tabús, a fomentar la integración y a comprender que la diferencia no debe ser sinónimo de exclusión. Así lo avalan los resultados que se han obtenido de la experiencia “Educación inclusiva con alumnos con discapacidad”. Los chavales conocen de primera mano las necesidades y obstáculos que, a diario, deben superar los niños discapacitados. Y éstos encuentran que sus peculiaridades no son un escollo para su integración.

Y esa solidaridad que crece entre ellos nos debería hacer reflexionar a los adultos, que no siempre adoptamos la actitud adecuada ante los discapacitados. Muchas veces caemos en la compasión, otras en la inacción y, muy a menudo, en una comprensión impostada ante las necesidades de este colectivo.

Muchos de los que acuden al centro de día, y sus familias, me comentan algunos de sus problemas y me permiten conocer muchas de sus virtudes. Por eso sé que está en nuestras manos corregir todas esas actitudes torpes que desplegamos para relacionarnos con ellos. Eliminemos barreras físicas, pero sobre todo mentales. Porque sus diferencias no nos separan, nos unen.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Un pacto por nuestro futuro, por favor.

Esta semana han puesto números a la educación: en mi opinión sigue siendo una asignatura pendiente. El informe PISA sitúa a nuestro país en un puesto intermedio en la lista de las naciones más desarrolladas del mundo. Es cierto que mejoramos ligeramente, pero lo contrario sería lamentable.

Creo que es hora de reflexionar en profundidad. Hipotecas como ésta salen tan caras que hay que cancelar el rédito y empezar a recuperar la cultura del esfuerzo y del trabajo como método de mejorar la cualificación de nuestros jóvenes. En este sentido, resulta descorazonador la postura del Partido Popular. El pacto por la Educación que propuso el ministro Gabilondo era un planteamiento responsable, moderno e integrador. El cálculo político pesó más que el progreso y el bienestar de nuestro alumnado. Un peaje que no pagará el PP sólo, lo tendremos que saldar entre todos a un precio astronómico y durante demasiados años.

Los que seguís este blog sabéis que la educación, y la formación en general, es uno de los ejes esenciales de mi ideario. Sólo con una educación de calidad, adaptada a las exigencias de las nuevas tecnologías, y con un alcance universal se puede acceder al progreso y a un futuro prometedor. No hay otra vía. La especulación y los atajos producen beneficios tan efímeros como frustrantes.

Y por eso habría que volver a sentarse, a recapacitar y a firmar un acuerdo por un modelo de educación sin fecha de caducidad inmediata, un pacto que nos aleje de aquella visión tan realista que inmortalizó Gonzalo Torrente Ballester cuando decía que la enseñanza se había “puesto muy complicada, y uno ya no sabía ni qué enseñar, ni cómo enseñar, ni a quién enseñar”.

Quizás debiéramos mirarnos en el espejo de nuestra vecina Portugal. Un país que ha progresado notablemente en conocimientos de lectura, matemáticas y ciencias. ¿Cómo lo han logrado? Invirtiendo en ordenadores, libros, acceso a banda ancha, cursos de inglés… Un dinero público que ha producido resultados que saltan a la vista: en los últimos cinco años ha bajado el número de alumnos repetidores, aumenta la cifra de estudiantes de Secundaria y se reduce el abandono escolar.

Nuestro objetivo debe estar enfocado a la excelencia educativa que disfrutan en Finlandia o Canadá. La calidad en la educación tiene que ser un objetivo irrenunciable y, ahora, en tiempos de crisis, aún más. Yo quiero que mis vecinos puedan acceder a un sistema que les garantice una formación integral y de máxima calidad. Algunas instituciones deberían mirarse menos el ombligo de si están un poco mejor situadas en la clasificación que sus vecinas. Por eso resultan hilarantes los comentarios de responsables de algún gobierno regional por los resultados obtenidos. En esto no se compite. A ver si, al menos, en esto se dan cuenta que eso es lo importante, sumar entre todos.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Yo creo en Parla

Parla es una ciudad viva, emergente, dinámica y con futuro. Parla cree en Parla. Yo, también. Si cabe, más ahora, después del intenso fin de semana que he vivido. Los socialistas celebramos la nuestra III Convención y me sorprendió agradablemente el alto nivel de participación y de compromiso. Jóvenes, empresarios, asociaciones, sindicatos, afiliados… entre todos aportaron su visión del municipio y, entre todos, me ayudaron a sacar una conclusión: en estos momentos difíciles, me siento orgulloso de ser vuestro alcalde.

Todos hablaban de trabajar por Parla y para sus vecinos, porque ésta es una ciudad con futuro, con proyectos ilusionantes, con facetas que la hacen atractiva. Por eso creemos en Parla. Surgieron las ideas con las que salir de esta época dura; nos proporcionaron el aliento necesario para que nadie desfallezca en estos tiempos grises; impulsaron la idea de potenciar el municipio desde el lado de los valores: solidaridad, integración, progreso…

Por eso, hace ya meses, decidimos que la lucha contra el desempleo es prioritaria para este Ayuntamiento. En este sentido, esta semana hemos dado forma al Consejo Local por el empleo, en el que hemos involucrado a empresarios, administración y sindicatos. El objetivo es triple: garantizar la formación y la capacitación; fomentar la implantación de empresas en el municipio, especialmente en ubicaciones ideadas para ello, como el PAU 5; y, por su puesto, implicar a las administraciones en el fomento de políticas encaminadas a la creación de empleo.

Este Consejo Local se convertirá en un instrumento dinamizador del empleo, a la vez que garantizará una coordinación de políticas y esfuerzos que pretenden rebajar las tasas de paro. El tejido productivo, tan olvidado por las administraciones de ideales liberales, es un bien que hay que impulsar y proteger. Conocemos las consecuencias de los que creen en la especulación, de los que creen en la desregulación de mercados y de los que creen en las políticas ultraliberales.

Yo, sin embargo, creo en la cultura del esfuerzo y del trabajo. Yo, sin embargo, confío en la capacidad de la gente y en la capacidad moderadora de las instituciones elegidas democráticamente. Yo, sin embargo, creo en Parla y en los parleños.