viernes, 7 de octubre de 2011

“Que se lo hagan mirar”


Dentro de unos días se celebrarán elecciones generales y aunque la demoscopia bascula hacia el azul, estoy convencido que aún queda campaña y confrontación electoral. Yo al menos daré la batalla, y lo haré más convencido aún después de escuchar a estos días a muchos de mis vecinos y vecinas. Así me lo recordaba un amigo este miércoles pasado cuando me reconocía que Parla no se merece esta campaña.

Me explico. Pasamos momentos difíciles, con falta de liquidez y sequía en el crédito. Lo mismo les ocurre a las administraciones, las empresas y las familias, que están sufriendo el calvario de las dificultades públicas y privadas.

Yo, como responsable de esta ciudad, decidí pasar a la acción. Las medidas de ahorro están dando resultado y la última, aunque dolorosa, la reducción de gastos de personal, es estrictamente necesaria para poder mantener los servicios públicos.

La deuda existe, si no hubiera sido así Parla no habría salido del atolladero en el que se encontraba hace trece años y no hubiera sido posible pensar en un futuro como el que tenemos hoy. Nuestra posición como ciudad receptora de inversión se está consolidando y pruebas de ello son el parque empresarial, la nueva zona de ocio de Parla Este que está prevista o la inversión realizada en instalaciones deportiva. Suponen decenas de millones de euros que harán prosperar a esta ciudad, aún en el peor de los escenarios.

Éste debe ser el camino y debemos aprovechar nuestra posición. Es verdad que en estos momentos, todos estos proyectos están ocultos por el ruido azul que tenemos de fondo y que dicta ordenes claras: “A por los de Parla”.

Las urnas trasladaron la decisión de los ciudadanos a la composición del Pleno, y avalan el gobierno entre PSOE e IU y la elección de Alcalde.

Sin embargo, parece que a algunos no les gusta este resultado, y que el deseo y la voracidad de subvertir el resultado de las urnas buscando un pacto a la extremeña, están sobrepasando los limites de lo éticamente político. Creo, sinceramente, que “se les ha ido la mano”.

Las democráticas tareas de oposición y confrontación han dado paso al acoso, a la persecución más propia de los camisas pardas de la Republica de Weimar a la derecha civilizada alemana, ahora tan de moda a través de su ilustre canciller.

No vale todo. Querer ‘matar’ a un alcalde socialista puede ser hasta lícito para alcanzar el poder, pero poner a mi ciudad en el plano de la crispación y el desprestigio es reprochable e imperdonable.

En política no vale todo, a no ser que Esperanza Aguirre y sus huestes piensen que destruir Parla por tierra, mar y aire sea vital para sus expectativas políticas de futurible ascenso. Si esto es así, como Parleño me hago dos reflexiones. La primera, que somos referentes de algo que les preocupa. Y la segunda, quedaría dentro del plano de lo freudiano: Es una obsesión. Si esto es así, que se lo hagan mirar.